El contacto con los espíritus está presente en varias civilizaciones hasta nuestros días. Para algunos es un acto divino, para otros, algo simplemente aberrante. No podemos decir que es bueno o malo, de la misma forma en la que no existe la magia negra o blanca. Todo va a depender de la vereda desde dónde lo miremos.
La nigromancia y la necromancia son ramas del ocultismo que, si bien tratan con la muerte, son conceptos aislados cuyo significado es asociado como sinónimos. Pero podríamos decir que no es así. La necromancia es una suerte de autopsia. Esta era realizada en la antigüedad para prevenir y dar avisos sobre distintas condiciones, mirando las vísceras de animales muertos. La nigromancia, por otro lado, tiene que ver con el contacto con los espíritus, humanos o de otros planos astrales. El espiritismo, vendría siendo la pseudo ciencia cuyo fin último, es el mismo que la nigromancia: el contacto con los espíritus.
No son pocas las religiones que condenan la nigromancia. Esto se debe a que, especialmente las religiones monoteístas, consideran la vida y la muerte asuntos que sólo le competen a un dios supremo. Según el paganismo, la vida y la muerte son asuntos divinos, sí, pero el contacto con los espíritus, incluyendo los de quienes han dejado nuestro mundo, sirve para pedir consejos, compañía y sanar. Particularmente la religión wicca no condena la nigromancia, por el contrario, se sirve de ella. Hay incluso celebraciones en la que se pide la compañía de los familiares fallecidos para poder dotar de energía en los rituales, bendecir la abundancia, o ayudar a pedir o agradecerle a los dioses.

Las invocaciones a los seres fallecidos y otros espíritus no sólo es para la adivinación, ya que también es posible hacer pactos, mandatos, o pedir algún favor. El problema de los inexpertos, es en invocar espíritus del bajo astral (o demonios, pero los wicca no creemos en ellos), que no servirá más que para drenar nuestra energía o causar males. En efecto, las posesiones son en gran medida espíritus no filtrados en los rituales que toman control de cuerpos vivientes, o simplemente se quedan vagando por nuestros aposentos en busca de travesuras o cosas peores.
Para la nigromancia, sea por fines adivinatorios o para la magia propiamente tal, deben tener ritos de apertura y cierre, para así evitar portales no deseados. Siempre deben haber algún símbolo o herramienta de protección, y no es recomendable por ningún motivo realizarlos sin haber investigado antes, o teniendo miedo. Los malos espíritus se alimentarán de él, y sabrán ponerse en contra de quienes los hayan encantado.
Los médium, por otro lado, son personas con la capacidad de comunicarse con los espíritus de los fallecidos sin necesidad de alguna herramienta. Ellos reciben impresiones, visiones, emociones o sensaciones que podrían tener algún significado para quien realiza o recibe la lectura. La función de ellos es la de ayudar a sanar a quienes siguen con vida, o entregar mensajes de quienes ya han partido.
El mundo de los espíritus es un lugar para muchos oscuro. Para otros, no es más que el descanso eterno. El umbral que separa la vida de la muerte deja muchas preguntas, pero de lo que sí estamos seguros, es que siempre nos acompañarán, y estarán junto a nosotros en los tiempos difíciles.
Feliz encuentro, feliz partida, feliz encuentro otra vez.
Adelphos
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